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Se debe de leer para aumentar el grado de información o incrementar el grado de comprensión. Hay un tercer objetivo: el entretenimiento.

Dicen que una postura muy cómoda y un libro, es todo lo que se requiere para quedarse dormido, pero utilizar un libro como sedante es un autentico desperdicio, los buenos libros superan el sueño.

La idea de la lectura es la fascinación por conocer otros mundos, y eso, de por sí, debería ser lo suficiente excitante como para mantener despierto al lector.

En la actualidad hay muchas personas que piensan que ya no es tan necesario leer tal como lo afirma Luis Peralta. Esto se debe a que la radio, la televisión y, sobre todo el Internet, han acaparado muchas de las funciones que antes cumplía la letra impresa.

La televisión y el internet pueden desempeñar –y en ocasiones superar– las funciones de la lectura. Por ejemplo, permiten observar realidades de mundos lejanos y visualizar fenómenos que facilitan su comprensión. Pero estos medios de comunicación tienden a cancelar el acto de pensar.

En la lectura, la destreza del escritor y la del lector deben converger en un objetivo común: entender lo que se puso por escrito y eso excita la actividad neural e incita a pensar.

No todos los escritores son iguales, algunos saben transmitir y lo hacen de una forma amena, precisa y exacta. Pero el entendimiento depende del lector. El captará mejor lo que lee en la medida en que se involucre y se dedique al proceso de la lectura. Pero sobre todo dependerá de la destreza con la que ejecute los actos mentales que la misma requiere.

Ésta es la razón por la que el éxito derivado de la lectura tiene mucho que ver con el grado de comprensión propio de cada lector. Lo ideal es que se pueda leer sin ninguna clase de ayuda, únicamente con el poder de la propia mente, o si acaso con la ayuda ocasional de una tercera persona, un diccionario o un libro de texto que permita un mejor entendimiento de lo que el autor trata de comunicar.

Por eso la mejor forma de involucrar e inculcar el hábito y la fascinación por la lectura es desde que se nace. Desde allí, se puede ejercitar la lectura periódicamente. Ésta pasa a ser parte de la vida del ser humano en forma natural, y se convierte en un hábito que una vez experimentado, difícilmente se puede dejar.

La lectura en los niños los beneficia particularmente en su rendimiento escolar, ya que a un estudiante que posee este hábito, le es más fácil y natural tomar un libro para estudiar o investigar que a aquel que no está acostumbrado a ellos.

La lectura despierta una enorme curiosidad que es fundamental para el aprendizaje.

La lectura proporciona a quien la practica un crecimiento personal como ninguna otra actividad. Es libertad, cultura y entretenimiento sin igual.

Si se aprende a hacer de la lectura la mejor compañera, ésta nunca se apartará de nuestro lado.

Artículo de Orlando Naún Rodríguez Reyes, publicado el 1-1-2011 en
http://bit.ly/f1xITo

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